Introducción
En la búsqueda de comprender la complejidad de la mente humana, Karuna Schoolhouse explora un terreno fascinante: los sueños y los estados fundamentales de la mente. La mente, esa misteriosa entidad que nos acompaña en cada momento de nuestra vida, parece operar en tres estados fundamentales: la conciencia ordinaria, el estado de sueño y en la meditación. Este artículo se adentra en el corazón de estos estados, desentrañando los secretos y las maravillas que encierran.
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La Mente Consciente: Navegando en un Mar de Pensamientos y Estímulos
Cuando la mente está consciente, se encuentra en constante interacción con el mundo que la rodea. Reacciona a una cascada de pensamientos y estímulos externos, procesándolos a través de una estructura mental preformada. Esta estructura se ha ido moldeando con nuestras experiencias, creencias y aprendizajes. Es aquí donde la mente consciente, a menudo sin darnos cuenta, juega un papel crucial en cómo interpretamos y respondemos a nuestro entorno. Nuestras reacciones habituales, tanto positivas como negativas, son el reflejo de cómo nuestra mente consciente ha sido entrenada y condicionada a lo largo del tiempo. Y como este artículo no va de esto, de momento lo dejamos ahí😉
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La Mente Meditativa: Más Allá del Pensamiento Continuo
La mente en meditación representa una dimensión diferente de existencia. A diferencia de la mente consciente y dormida, que operan predominantemente en los hemisferios izquierdo o derecho del cerebro, la meditación nos enseña a desconectar del flujo constante de pensamientos. En este estado, la mente trasciende su funcionamiento habitual y accede a un espacio de quietud y claridad. La práctica meditativa nos permite observar nuestros pensamientos y emociones desde una perspectiva más desapegada y serena, proporcionando un camino hacia el autoconocimiento y la paz interior. Y de esta mente tampoco hablaremos más hoy aquí.
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La Mente Durmiente: El Descanso Profundo y el Sueño Onírico. De esto si vamos a hablar un poquito más.
En el estado de sueño, la mente se sumerge en dos fases distintas alternativamente: el descanso profundo y el sueño onírico. La fase de descanso profundo es vital para nuestra salud física y mental, proporcionando el rejuvenecimiento y la recuperación que nuestro cuerpo y mente necesitan. Por otro lado, el sueño onírico es un terreno fascinante donde la mente procesa y experimenta de maneras únicas. Aquí, los sueños pueden ser vistos como continuaciones de nuestras experiencias diurnas o como manifestaciones de asuntos inconclusos. Sin embargo, hay otro tipo de sueños, más misteriosos, que actúan como mensajeros del inconsciente profundo, revelando situaciones y conflictos internos que necesitamos abordar y resolver.
Yo diría, bastante seguro después de trabajar con pacientes durante casi treinta años, que cuando la mente está demasiado ajetreada en la vida ordinaria, al dormir lo que hace es continuar el proceso de actividad diurna, pues para ella (la mente) la realidad necesita ser completada y resuelta para poder descansar. Y esto es lo que hace, intentar resolver los problemas cotidianos. Y lo hace muy bien, habitualmente.
Pero, por otro lado, cuando lo importante no es ya lo cotidiano sino nuestro estado interior, entonces la mente se vuelca hacia lo que ocurre en nuestro inconsciente, e intenta resolver el conflicto interno con el lenguaje onírico que es, por cierto, común a toda la humanidad. Los símbolos que expresa esta mente profunda son iguales para un esquimal, un árabe, un europeo o un japonés.
A propósito, las personas que no recuerdan los sueños o dicen que no sueñan, es porque están en un cierto estado de inconsciencia, pero que sepáis que no solo en el sueño, sino también en la vida en general. Casi siempre se debe a que la persona no se ha despertado del sueño de nuestros padres, y espero que entendáis que esto una forma simbólica de decirlo. Ya lo desarrollaré mejor en otro post porque es una de las facetas principales a superar en la vida para comenzar la escalera del crecimiento autentico.
Continuando con el sueño onírico simbólico, en mi experiencia terapéutica observé que como en la vida, hay situaciones emocionales que la mente resuelve directamente con un sueño y otras que no puede resolver del todo, por ejemplo, porque cuando el sueño llega a cierto clímax, la persona se despierta súbitamente o se da otra alguna otra circunstancia, entre otras el tipo de sueño que llamamos Sombra, que ocurre cuando hay demasiadas situaciones acumuladas en nuestro inconsciente y esta parte profunda de nuestra mente se colapsa: sueños de una sombra que nos aplasta o que nos persigue o similar suelen ser la expresión de una mente sufriente que no puede resolver un conflicto emocional.
En estos sueños no es que haya una espíritu vengativo o malvado que nos persiga, que va, ni nos han hecho un mal de ojo o algo similar. Siempre es el exceso de situaciones (negativas o positivas) que quedan pendientes de nuestra atención.
Acordaros siempre, la vida, que está compuesta de cada día y de cada hora y de cada minuto, es un puzle complejo que hemos de resolver continuamente y si faltamos al trabajo que hay que hacer, las cosas se acumulan.
Resumiendo, para comprender nuestros sueños reconocemos unos que son la continuidad del día, por que el día a día contiene muchos elementos y no hay suficiente tiempo para vivirlo; otros que son llamadas de atención a nuestro mundo interior, que también está ahí, y otros, más intensos, que nos recuerdan que hay demasiadas cosas por resolver y es urgente ponernos a ello.
Conclusión
Los sueños, junto con los estados de conciencia y meditación, ofrecen un panorama fascinante sobre la naturaleza de nuestra mente. En Karuna Schoolhouse, creemos que al entender y explorar estos estados, podemos desbloquear un mayor potencial de bienestar y comprensión de nosotros mismos. Cada estado de la mente nos ofrece una ventana única a nuestro ser interior, invitándonos a explorar las profundidades de nuestra existencia y a conectarnos más íntimamente con el vasto universo de nuestra conciencia.
Muchísimas gracias, siempre enseñando…
Agradecida