Salud, dinero y amor. Un estudio sobre la matemática inversa.


Hola Karuneros.

Este es el primer artículo con el que estrenamos la serie Blanca de artículos. La serie Blanca será sobre temas generales. Y en este artículo os hablaré sobre las 3 búsquedas que tenemos todos y las maneras más efectivas y menos cansadas de conseguirlos (y por qué)

Soy Juan Diego Sánchez, Naturópata, Terapeuta Holístico, osteópata, iridiólogo, profesor de medicinas alternativas y de meditación, pero sobre  todo una persona que busca entender la vida mientras hago equilibrios con ella para mantener mi felicidad. Esta última parte, como todos, supongo.

Nuestros tres deseos principales

Hay que entender que el motor que mueve nuestras vidas es el deseo. Sin él nos quedaríamos parados sin movernos hasta morir. Así que el deseo en este sentido de permitirnos la vida está genial. Aun que cuando es compulsivo, o sin control, puede llegar a ser muy perjudicial para nosotros mismos y los demás.


…el motor que mueve nuestras vidas es el deseo.


Cuando quiero sumar en realidad resto, luego pierdo. Y al contrario cuando resto estoy sumando, ganando

En general, cuando hablamos de crecimiento personal, siempre estamos hablando de trabajar con nuestros deseos y se considera que ese es el camino. A través del domino que ejerce este poder en nosotros, se puede llegar a transformar nuestra conciencia. Ahí queda eso.

Nuestros tres deseos principales son la salud, el dinero y el amor. Por ese orden, parece ser. Vamos pues a ver un poco los objetos de nuestro deseos y qué nos pasa con ellos.

El amor

El amor es una necesidad esencial que nutre -estoy seguro de ello- nuestra alma. Y podría decir que el alma es esa parte nuestra sutil que nos hace sentirnos entusiasmados, confiados y alegres en la vida. El amor natural es una cosa y el amor emocional o el romántico son otras cosas, y conviene no confundirse. Éstos últimos están basados en proyecciones de nuestra psique, nuestra mente profunda, que nos hace ver delante de nosotros algo maravilloso que en realidad está en nuestro interior. En otro post hablaré sobre todo esto del amor romántico y emocional.

El afecto natural y el amor que surge entre las personas y hacia los demás es una energía, como el dinero y la salud, por cierto, y como tal necesita de dos movimientos, digamos uno de ida y otro de vuelta. Aunque se pueda considerar para según quien que el amor es solo dar, eso es un error, pues el amor real es amar y ser amado, por igual. 

Entonces en la infancia aprehendemos los patrones de nutrición amorosa, según el esquema familiar y las circunstancias. Estos patrones se quedan grabados en nuestra estructura mental y duran toda la vida.

Así nos encontraremos de adultos personas que tienen un entorno amoroso y gentil de forma natural y otras que parece que no dan  pie con bola en este sentido, por mucho que se esfuercen. Lo que si es cierto es que necesitamos el amor para vivir.

El dinero

Pues tres cuartos de lo mismo. El dinero además  de papel, metal, números en otro papel o en una pantalla, es una energía. Y también necesita de un flujo de entrar y salir para poder fluir bien. Es importante que entre, pero también que salga. ¿Al final, para qué sirve el dinero si no es para gastarlo?

En general asociamos el dinero al trabajo, aunque esto no siempre es así, así que no mezclaré el trabajo con este metal. Aunque puede existir esa idea de que mejor trabajo si pagan más. Realmente el trabajo es lo que nosotros damos al mundo y el dinero es una recompensa para pertenecer a él. Como digo, mucha gente tiene dinero y no trabaja. Por eso no quiero mezclar lo aquí.

Si nos fijamos bien, no es tanto el dinero en si lo que nos hace sentir bien cuando lo tenemos en su medida adecuada, sino que es la sensación que tenemos lo importante.

Así mismo, las estructuras del dinero las hemos aprehendido en nuestra infancia, y si no  hacemos nada al respecto, perduran toda la vida.

Claro está no es lo mismo nacer en una familia rica y con generaciones de riqueza, que una familia con pocos recursos y vulnerable en este sentido.

La salud

Bueno, y que es todo esto de vivir si no tenemos salud. Habría que definir salud como un espectro amplio de bienestar que no tan solo concierne  al cuerpo sino también a nuestra mente y nuestra vida.

Aunque no le prestemos mucha atención, hasta la persona más saludable siente molestias ocasionales en la vida. Es normal, esta existencia es sufrimiento y el cuerpo y la mente sufren claramente. Unos más y otros menos, parece ser, pero como salud reconozco una estado en el que nuestra energía y vitalidad se corresponden con la edad que tenemos y podemos vivir nuestra vida sin complicaciones.

Es decir, que a lo mejor tenemos un problema genético, o una accidente ha producido una merma en nuestra capacidades físicas, pero si no hay dolor y no altera el equilibro fisiológico y menta – emocional, podemos decir que estamos en salud.

De todas maneras es interesante resaltar que a partir de los cuarenta años, más o menos, al cuerpo le cuesta asimilar los nutrientes y despacio pero seguro, se va deteriorando. Me gusta resaltar también que la energía vital que tenemos en su máxima esplendor en la juventud, hacia esta edad decae.

Hace falta decir que depende de cómo nos hemos cuidado y el nivel de estrés que hemos sufrido, claramente nuestra vitalidad estará más mermada o menos.

Qué hacemos para satisfacer estas necesidades

Darnos cuenta

Primero darnos cuenta de que necesitamos cualquiera de estas tres cosas.

Que necesitas más ahora: ¿dinero, amor o salud? ¿Tienes de sobras de las tres? Si la respuesta a esta última pregunta es sí, ¡felicidades!, eres un Buda.

Date cuenta, cuando tenemos dinero, y fluimos, no pensamos mucho en la economía. Pero el sistema basado en el dinero es una estructura basada en la  carencia. Desconozco que mente maniqueísta decidió crear un sistema económico que se basaba en la pobreza, en vez de en la riqueza. Es fácil darse cuenta: si hay un precio para las cosas y el dinero es un valor que se asigna, no hay más que crear una asignación mayor de dinero para lo mismo, y todos seríamos más ricos. ¿No? Si me lee algún economista, espero que deje algún comentario al respecto.

Volvemos al maniqueísmo. Si en el amor, en vez de enseñarnos de pequeños a ser buenos o malos, nos enseñaran a amar la vida y a nosotros tal como es y somos, al no crear una separación ética hacia nosotros mismos principalmente, nuestra manera de vivir sería más amorosa y afectuosa, con lo que nos costaría encontrarnos faltos de amor.

Si en vez de pensar en la enfermedad como algo que hay que combatir (otra vez la dichosa lucha) nos enseñaran a respetar los procesos por los que el cuerpo pierde el equilibrio y aprender a recuperarnos lo más rápido posible entendiendo las causas de la enfermedad, seguramente habría más salud en la vida. En breve escribiré un post sobre la Iridiología en la Serie Verde, por si os interesan estos temas.

Y qué no decir del miedo a la muerte, algo que parece que las personas en general no sabemos cómo enfrentarnos a ella.

Nos preparamos, actuamos, fracasamos y aprendemos

Entonces ¿qué hacemos cuando notamos que nos falta algo o ya hemos sentido la sensación que se crea al tenerlo? Que empezamos a sumar. La vida se convierte entonces en un proceso de suma, o resta si va mal. Las operaciones más básicas de la vida.

Sumamos más dinero, queremos más amor y cómo no, nos preocupamos de tener más salud.

Creo que nos da la impresión que si no fuera así, parecería como si fuéramos fracasados. Creemos que el progreso es tener cada vez más (suma)

Yo creo que este es uno de los orígenes principales del sufrimiento que experimentamos cono seres humanos. Sufrimos por no tener y hacemos sufrir a otros, para tener nosotros. ¿Alguien no está de acuerdo?

Las raíces de este proceso son muy profundas y antiguas, por lo que la inercia de la masa mental de la población continúa inconscientemente alimentando este proceso.

A veces oigo noticias sobre economistas  que promueven investigaciones sobre economías alternativas no basadas en el dinero, pero son pequeños puntos de luz en medio de esta oscuridad que nos envuelve.

Queremos sumar más amor a nuestra vida. Tener más y mejores amigos, que nuestra pareja sea el amor de nuestra vida, que los hijos y padres sean cariñosos con nosotros.

Muchas veces creemos que por tener este vínculo poseemos algún tipo de poder sobre otras personas, pero salvo que no te des cuenta, en realidad no es así.

Así que cuando el amor no es como queremos, comienzan las negociaciones, lo cual ya no es amor sino economía de suma y resta.

Sumamos salud. Nos hacemos adultos y proyectamos una imagen que queremos mantener. Deseamos seguir siendo jóvenes, fuertes, guapos, saludables y delgados, no? Pues lamento darte la noticia: no hay nada que hacer, con el tiempo todo se estropea.

Bueno, durante una época si; nos esforzamos en tener más salud y nos apuntamos al gimnasio, intentamos llevar una dieta, cuidarnos en general. A partir de una edad, comenzamos a tomar complementos dietéticos, que parecen funcionar durante un tiempo, pero luego no, y al final cuando tenemos un problema real de salud, vamos al médico, si o si, muy vulnerables generalmente.

¡La de naturistas que he conocido renegando de las medicinas oficiales, que cuando la cosa va en serio, son los primeros en seguir a pies juntillas las recomendaciones de la medicina oficial.

O cuantas personas se están tomando hoy en día algo para dormir o para estar más animados, cada día.

Sumamos, sumamos y sumamos.

La matemática inversa

Aquí está lo que quiero realmente compartir contigo, mi propuesta para manejarnos con los deseos: la matemática inversa.

Fíjate que todo el proceso anterior de conseguir los objetos de nuestros deseos se basan en la acumulación, el proceso de sumar, como ya he dicho.

En esto gastamos toda nuestra energía, normalmente la de toda la vida. Algunos afortunados no, pueden conseguir en su juventud todo los que necesitan y después solo hace falta el tiempo para disfrutarlo.  No es que no sufran en la vida, porque sufrimiento tenemos todos (es una de las leyes del karma) pero no al menos de estos tres aspectos.

Por eso la energía es un factor muy importante para conseguir lo que deseamos.

Pero hay otro camino, el sendero noble, la vía que nos conduce por la vida completando nuestros deseos con sencillez y facilitando la liberación del sufrimiento.

Mi propuesta en la matemática inversa, es que en vez de entrenar tu mente en la suma o en la resta, la especialices en vaciarse o en llenarse. Son dos conceptos muy diferentes.

El concepto que quiero desarrollar es el de dar un valor inverso a las operaciones comunes. Cuando quiero sumar en realidad resto, luego pierdo. Y al contrario cuando resto estoy sumando, ganando.


Cuando quiero sumar en realidad resto, luego pierdo. Y al contrario cuando resto estoy sumando, ganando.

 


Fíjate. Si quiero más dinero tengo que preocuparme más de la situación: o más trabajo o más dedicación o más preocupación, o más horas de mi tiempo que pierdo para otras cosas. Así que uno gasta energía y tiempo, que es vida, en conseguir más.

Si quiero más amor tenemos un buen problema porque el amor no se puede negociar, es algo que surge de forma espontánea entre las personas. Lo único que podemos hacer es cuando ya hemos encontrado, cuidarlo.

Si queremos más salud, no depende de que hagamos demasiadas cosas, pues si estamos en contacto con nuestro cuerpo y nuestro interior, la mente siempre nos va a dar la información de lo que necesitamos realmente. Es fácil, ¿te falta hierro? entonces si te escuchas a lo mejor te apetece comer lentejas. ¿Te hace falta ejercicio? No es necesario ser demasiado consciente normalmente para darnos cuenta de cuando estamos un poco encallados. Y así en general.

Concepto de vacío

¿Qué es esto del vacío? A mí me gusta explicarlo con el siguiente sencilla prueba. Imaginemos por un momento la superficie del mar. Y queremos hacer un agujero en la superficie. Entonces metemos la mano para sacar agua, pero en cuanto la sacamos, el resto de agua rellena el espacio que hemos  querido crear. Así el vacío es el dejar un espacio huevo en medio de una sustancia con energía. Si queremos que algo se llene solo tenemos que crear el vacío necesario.

Bien, esta física de los elementos se observa en todas las cosas. El que sea más rápido o menos y como se ocupa el vacío creado en un tipo de sustancia, dependerá de la naturaleza de la energía y su materia. El agua es muy rápido, el aire no te digo, pero por ejemplo la arena es más lenta.

Entonces lo interesante es intentar aplicar este principio en los objetos de nuestros deseos.

Lo siguiente es pensar en el dinero, el amor o la salud no como algo concreto que tengo o no tengo, sino como una energía base de una sustancia.

El dinero es una energía base en cuanto a que se crea por los gobiernos y los bancos y son un patrón de referencia que fluye como el agua para el intercambio de bienes y objetos entre las personas, llegándose a convertir el mismo patrón dinero en un objeto de intercambio.

El amor es una energía base que existe en el universo, flotando libremente en él. Como el aire que respiramos.  Y lo que hace es unir, a los seres vivos y las energías constituyentes de las materias, en general.

La salud es una energía base en cuanto que existe de forma natural en nuestra naturaleza como estado idóneo de adaptación al medio, siempre cambiante.

Crear el vacío en estas tres energías base no significa restar o quitar algo de ellas, tipo doy dinero y así tendré más, o doy amor y cuanto más doy más me llegará, o doy salud, ayudo a la gente a estar mejor, y más salud tendré yo.

Estos son conceptos comunes de tendencias de crecimiento o esotéricas, y creerme, lo he probado: no funciona.

Crear el vacío es otra cosa, vamos a verlo.

Crear el vacío auténtico

El truco de la creación de vacío para conseguir los objetos de nuestros deseos, basados en la matemática inversa, es el de prestar atención al objeto de nuestro deseo con desapego.

Me explico un poco mejor. Prestar atención es un estado de nuestra mente en el que estamos observando sin juzgar algo, y sin esperar nada, solo la comprensión que surge de la observación atenta. Por ejemplo cuando una persona escucha algo que le dicen, lo comprende, mientras que si está pensando en otra cosa mientras aparentemente está escuchando, en realidad no se entera.

En la vida, si no prestamos atención a algo, esto se estropea. Si no prestas atención a tu hijo, se descarría. Si no prestas atención al amor, se pierde. Si no prestamos atención a la salud, pasarán cosas. Etcétera.


En la vida, si no prestamos atención a algo, esto se estropea.


Pero si prestamos atención a a un objeto de deseo esperando un resultado, generamos una presión al resultado, con lo que al generar una expectativa vamos a alterarlo.

La forma correcta de generar un vacío en estas energías es sabiendo que lo necesitas, lo observas cada día, como una especie de control. Sin más.

Con la salud, lo que hacemos es un control diario de cómo nos sentimos. Por dentro. Lo normal es no sentir nada especial. Si no es así, lo tenemos en cuenta y observamos al día siguiente si sigue igual o ha cambiado.

El cuerpo se está adaptando continuamente a la vida con sus recursos y los que va adquiriendo y en ese proceso de adaptación a veces le cuesta un poco más y sentimos alguna molestia, pero si solo es un rato o dos tres días, no pasa nada. Cuando van pasando los días y se mantiene la molestia, es hora de prestar más atención aun.

La cuestión sobre la que estoy escribiendo  tuvo mucha mecha hace un tiempo con una corriente que se basaba en un documental, un libro y después una campaña de marketing, llamada “El Secreto”. ¿Te Suena?

No es más que matemática inversa. Pero este sistema tiene un problema: se basa en lo mismo de lo que trata este post, básicamente en entrenar la mente en crear un vacío sobre nuestra necesidades pero atendiendo a la necesidad sin esperar nada.

¡Lástima que este sistema tiene un fallo gordo! Por eso si lo intentaste en su momento, te darías cuenta que no funciona.

El problema es encontrar donde surgen nuestros deseos y que base tienen.

Además de nuestros deseos ordinarios, estos se basan en procesos inconscientes, la mayoría de las veces. “Inconsciente” quiere decir que lo tienes en tu mente pero no tienes ni idea de que es,. Da un poco de miedo, ¿no? Saber que hay algo dentro de ti y no sabes que es. De hecho esto es el origen de nuestros miedos. Que por cierto empieza hacia los dos o tres años. En otro post de la serie azul hablaré sobre ello.

Así que el proceso para conseguir nuestros deseos aplicando la matemática inversa es prestar atención no a lo que deseamos sino al tipo de energía de lo que deseamos, pero con atención pura, que quiere decir sin involucrarnos con el resultado, sin juzgarlo, sin esperarlo.

Además cuando este sistema no funciona, que a veces pasa, podemos estar seguros que en nuestro interior, a nivel inconsciente, hay una fuerza oculta que está boicoteando el proceso.  En este caso recomiendo realizar trabajo de crecimiento personal para ver y comprender los contenidos del inconsciente.

Las técnicas

Bueno, finalmente te daré ejemplos de como lograrlo.

Respecto de la salud, suponiendo que no hay algún miedo oculto, teniendo en cuenta que el cuerpo es sabio y tiene su propia inteligencia al respecto, lo único necesario es observarse un rato cada día, con cierto afecto y sin preocuparse. Por ejemplo al ir a dormir, antes de caer en los brazos de Morfeo (el dios griego, no el personaje de Matrix), repasamos unos instantes como sentimos el cuerpo. Es solo sentirte, observarte un rato. Si hace falta algo, la sabiduría del cuerpo y la energía de la salud, te informará. Y luego solo hay que actuar al respecto.

Sobre el amor, este se siente sobre todo en medio del pecho. Le llamamos centro amoroso, porque es el que recoge y emana esta energía afectuosa. El amor flota como energía libre en el aire, y une a las personas. Solo que prestes unos veinte minutos al día a esta parte del pecho, con atención plena, tendrás todo el amor que necesites, tanto hacia uno mismo -autoestima- como de los demás.

Respecto del dinero, regularmente haz las cuentas pequeñas y una vez al mes , las grandes, sin dejarse casi nada. Prestando atención pura tanto a las entradas como a los gastos. Todo es la energía del dinero. Es suficiente, con esto, siempre tendrás lo que necesitas realmente.

En realidad es muy sencillo, como veis, y lo cierto es que si creamos este vacío consciente respecto de estas tres energías que de ordinario nos consume casi toda la vida, nos quedará un montón de espacio para tener una vida más plena.

Bonus

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¡¡¡ Hasta pronto !!!

 

Juan Diego Sánchez