!! Hola Karuneros ¡¡
Después de estos extraños meses que estamos pasando todos, debido a la situación mundial y provocada por el Covid 19, me he decidido a volver a escribir.
En esta ocasión me motiva enormemente compartir con vosotros mis reflexiones sobre lo que está pasando dándole un enfoque espiritual, porque aunque se está gastando mucha tinta en explicaciones técnicas, en noticias, en política y en contra noticias, casi nadie habla sobre lo que realmente nos está pasando como personas.
Soy Juan Diego Sánchez, Naturópata, Terapeuta Holístico, osteópata, iridiólogo, profesor de medicinas alternativas y de meditación, pero sobre todo una persona que busca entender la vida mientras hago equilibrios con ella para mantener mi felicidad. Esta última parte, como todos, supongo.
Nuestra situación actual (aparente)
Para tomar conciencia de lo que nos ocurre, lo primero es ver que es lo más evidente.
Por un lado lo que está pasando a nivel mundial:
Hace pocos meses, observaba cómo uno de los motivos más generales de felicidad para las personas era el hecho de poder viajar. Ahora los países cierran sus fronteras y también crean confinamientos perimetrales. Viajar ya no es una opción para encontrar la felicidad para muchos.
Otro motivo de entusiasmo para todos ha sido el poder ir a comer a restaurantes o beber en bares, como formas de relación social. Es norma común actualmente que cuando aumentan los casos de infección por Covid, se cierran o se limitan bares y restaurantes. Otra barrera a nuestra vida.
Otras formas de sentir la felicidad han sido las fiestas, y los eventos sociales en los que poder conocer gente e intercambiar relaciones. Ya sabemos lo que pasa hoy en día, que además de las restricciones, se está creando una idea de fondo de que es peligroso acercarse a personas desconocidas, ante las cuales hemos de estas protegidos (la mascarilla, ya sabéis). Rematando todo esto se nos anima a mantener un distanciamiento social como, subliminalmente, la única forma de sobrevivir.
Por otro lado a nivel de España, que es donde nací y donde vivo actualmente y conozco mejor.
Además de todo lo dicho anteriormente, puedo dar fe directa de que aquí ocurre lo siguiente:
Se está alimentando desde las poderes públicos un estado de miedo y preocupación dándonos información diaria de número de personas infectadas y de personas muertas por Covid.
Evidentemente, no nos aclaran los detalles.
Conozco personalmente casos de fallecidos que han sido diagnosticados por Covid sin haber causa aparente, debido a que se bonifica al personal que han tenido contacto con personas infectadas.
Además las cifras no están comparadas nunca con otros años y situaciones: muertes por gripe común, infectados de otros años por gripe u otras infecciones, muertos por otras causas, edades de los difuntos, etc..
Así mismo, mientras hemos sido obligados a portar mascarilla en cualquier situación pública, aún cuando fuéramos caminando en soledad y no hubiera ninguna persona cerca, mientras tanto había una ocupación normal en los hospitales.
Está claro que esto no ha servido para nada, como podemos ver ahora a finales de octubre, cuando están volviendo a aumentar los casos, a pesar de estas medidas y otras.
Sabemos que en marzo se nos confinó porque los hospitales quedaron colapsados y el sistema sanitario no sabía como hacer frente a esta situación ni como ayudar a las personas a sobrevivir al Covid.
Sin embargo esta situación ya no es la actual. Se conocen protocolos efectivos y sabemos que la mayoría de personas que mueren por Covid suelen tener otras enfermedades de cierta consideración. Yo no soy médico ni tengo acceso a las estadísticas de todas estas situaciones , pero si se darme cuenta de cuando me están dando una información limitada.
Y no quiero seguir por aquí con este artículo, porque no es mi intención en este momento hablaros sobre todo el caos informativo y de acción que hemos vivido en estos meses, y lo que nos queda.
Y no lo es porque no puedo ofreceros ninguna solución a la situación político-social-sanitaria creada por los responsables políticos de nuestro país. Somo marionetas de este triste juego en el que otros, no sabemos realmente quién, aprovechan esta situación para disfrutar de más poder, que es lo que realmente quieren.
no puedo ofreceros ninguna solución a la situación político-social-sanitaria creada por los responsables políticos de nuestro país.
Estamos pasando a nivel individual una situación extraña porque nuestra rutinas de vida han cambiado sin haber podido nosotros escogerlo. Muchas, pero muchas personas están viviendo un momento de desazón e incertidumbre debido a su situación económica. Se han vuelto a activar al menos en España, las” colas del hambre”, personas que no tienen recursos ni para alimentarse que deben sobrevivir gracias a la beneficencia. Otros aunque tiene recursos económicos para aguantar este tiempo, no pueden encontrar trabajo u ocupación y sus vidas se están quedando vacías.
La situación actual provoca: enfado, miedo y preocupación
Básicamente observo tres situaciones emocionales: enfado, miedo y preocupación. Para unos es el enfado, porque les obligan a hacer cosas que no quieren ni creen en ello.
Para otros es el miedo, porque han vivido con miedo inconscientemente mientras eran despreocupadamente ignorantes, siguiendo la voz del líder de turno, sin plantearse nada especial sobre su propia vida que no fuera más que seguir la corriente.
Y los que están preocupados es porque tienen problemas que no encuentran solución porque no depende de ellos, y por otro lado, no parece que los responsables de solucionar las situaciones globales estén actuando con mucha inteligencia y transparencia.
Ningunos de estos estados se parece al amor, felicidad, crecimiento o desarrollo normales que necesitamos como seres humanos para darle un sentido a la vida.
¿Hay una mano negra detrás de todo esto?
Por otro lado, las personas nos comportamos de forma diferente en situaciones individuales a otras colectivas. Solemos tener tendencia a seguir al colectivo como forma de adaptarnos a la vida y la sociedad.
Esto lo saben muy bien las personas que dedican su vida a aprender a manejar a las multitudes.
Hay dos maneras básicas de realizar esto.
Una es crear una situación de cansancio llevando a las personas a un momento de agotamiento en que se aceptará cualquier cosa que sea diferente de la situación rutinaria a la que se ve sometida, que le saque de ella. Es importante hacerlo despacio, crear paulatinamente cada vez mas cansancio. Si se hiciera de forma súbita, las personas reaccionarían rechazando la situación.
La otra es el miedo. El miedo es una sustancia natural de la mente a la que a ninguno nos gusta enfrentar, y cuando se activa se despiertan con él todos los mecanismos de supervivencia y adaptación, incluidos el de confiar en lo que en una situación normal no haríamos.
Hoy en día vemos claramente estas dos acciones. Por un lado el aumento progresivo de normas de conducta, obligaciones y prohibiciones, que agota nuestra capacidad de adaptación progresivamente, y por otro el miedo: a la enfermedad, a morir, a la enfermedad de nuestro seres queridos y de los desconocidos.
Buen caldo caldo de cultivo este para poder crear un momento social en el que se puede hacer casi cualquier cosa con las personas desde los poderes instituciones y los otros, los que no se ven.
Hay un estudio psicológico hecho sobre el comportamiento de las personas en cuanto a seguir las directrices de otras personas. Parece ser que el 80 por ciento del grupo siguen indefectiblemente al líder, mientras que el 20 por ciento disiente.
Así que con todo lo dicho es fácil ver que pase lo que pase de aquí en adelante, no vamos a poder escoger mucho nuestra realidad.
¿Existe el libre albedrío?
Empezaría preguntándome: ¿existe la libertad?. Creo que no, al menos en su forma absoluta. Porque todo en este universo esta condicionado.
Y si algo está condicionado es que no es libre. Sin embargo sí existe el libre albedrío, que al fin y al cabo es la capacidad que tenemos como seres humanos de escoger, para bien o para mal.
Este escoger no depende de la oportunidad adecuada para hacerlo, sino puramente de la capacidad de ejercerlo. Ni siquiera Dios es capaz de cambiar eso, y esto es una de las facultades humanas que le da un sentido de aprendizaje a la vida.
Yo creo, no se si opináis como yo, que a esta vida hemos venido a aprender por medio del poder escoger. Si no fuera así estaríamos todos alienados y no habría posibilidad de equivocarse, pues todo, fuera como fuera, sería imposible cambiarlo.
¿Hemos perdido entonces el libre albedrío con el Covid 19? como titulaba este escrito… Yo creo que definitivamente, no. No hemos perdido nuestra capacidad de escoger, es que simplemente hemos delegado esta capacidad a otros.
En esto el sistema político y policial lo hecho mejor que Dios, o por encima de él, si me permitís el pequeño sarcasmo.
Esto debería ser pecado, o como mínimo una infracción, ya que todos los seres humanos, más inteligentes o menos, mas bien relacionados o menos, somos iguales. Y por eso mismo, cualquier persona para necesitar algo de otra, tendría que conseguirlo por medio del respeto y en último caso, la negociación.
Los sistemas totalitarios, tanto de un sentido como del otro 😉 se basan precisamente en la negación del derecho a escoger que tenemos todos por nacimiento. Y como sabemos, estos sistemas llevan al sufrimiento de muchas personas.
Parece ser que como individuos, hemos olvidado este derecho fundamental, y hemos otorgado a otros nuestro poder personal. Hace mucho tiempo ya.
Al fin y al cabo las democracias actuales se basan en otorgar el poder del pueblo a organizaciones con un ideario político. Las cuales muchas veces parece que se dedican más a conseguir un momento político y económico mejor para su partido, cuando tiene el poder, que no a una sociedad mejor.
Por esto, y mientras sigan siendo así las cosas, no creo que vayan a cambiar. Creo que seguirán existiendo abusos de poder que afectarán a los ciudadanos conscientes pero sobre todo, al desarrollo espiritual de las personas en esta vida.
Hay una salida
Vaya panorama, ¿no?. Pero es lo que hay. Pensar en que las cosas volverán a ser como antes es absurdo. Los virus no desparecen, solo cambian. Lo único es que como este virus es un ser que vive en el ser humano, pues cuanto antes nos adaptemos nosotros y el virus a vivir juntos, mejor.
El único virus que eventualmente desapareció fue el de la viruela, y fue debido a una vacunación masiva mundial cuando el virus ya estaba muy debilitado (o adaptado)
En este sentido, me acuerdo cuando estudiaba naturopatía del dicho “el microorganismo no es nada, el terreno lo es todo“.
¿Y sabéis qué? Que desde una perspectiva holística, el ser humano es un cuerpo físico, constituido por los elementos que tomamos de la comida, un cuerpo mental, que no se limita a nuestro tejido nervioso, y un cuerpo energético conectado por puertas con toda la energía que nos rodea.
El terreno eres tu ( y yo)
Todo en este universo tiene inteligencia. Todo tiene sustancia. Todo tiene energía.
Este virus parece que ataca directamente al cuello. O intenta vivir en nosotros y el cuello es la primera parte de nuestro terreno que lucha por que no sea así.
Es curioso que antes os estaba escribiendo sobre el poder personal y como lo entregamos, y justamente el cuello es la parte de nuestro cuerpo energético por el que se expresa nuestro poder personal.
Este poder esta conectado con nuestras gónadas también. Observad en algún documental como los animales salvajes cazan: atacan la zona genital y el cuello como primeras heridas, para hacer perder la fuerza al animal.
Justamente como lo hacen las personas: doblegan a los otros haciendo que uno mismo se avergüence de sus instintos y no permitiendo la libre expresión.
Así que como personas expuestas, nos afecta la fuerza que nos están imprimiendo para doblegar nuestra voluntad y no podemos hacer mucho, lo cual nos debilita especialmente en las zonas de poder.
Por esto somo más vulnerables al Covid 19.
Pero ¿Qué pasa si dejas de otorgar tu poder personal, lo reclamas y recuperas? Pues te vas a sentir bien, seguro. Después, es aconsejable igualmente tener unas medidas lógicas para protegernos de lo fácilmente que se propaga este virus.
El principio de la navaja de Ockhan: «en igualdad de condiciones, la explicación más sencilla suele ser la más probable»
Lo que siempre se ha hecho. Esto es una gripe. Si te encuentras mal, te quedas en casa, descansando. Y no te acercas demasiado a las personas.
Para las cosas de cuello bacterianas son excelentes los jarabes de própolis. Y para las situaciones víricas, se sabe perfectamente que el aceite del árbol de te es el mejor antivírico natural. A los primeros síntomas , carraspera, molestias de cuello, dolor de cabeza, cansancio, unos vahos con árbol del té un par de veces al día pueden ser suficientes. Yo así lo hice y me fue muy bien. Y otras personas que lo recomendé, también.
Si conseguimos entre todos y cada uno de forma individual no tener esta gripe más allá de lo que nos representa una normal, este tema que da pie a tanta pérdida de libertad, se acabará.
Pero lo mejor es encontrar aquel sitio en tu interior en donde no puedes perder ni ganar nada, porque ya lo tienes todo.
Esta vida de carencia aparente, se puede llenar totalmente cuando en vez de intentar llenar el vacío existencial con los elementos de fuera de uno mismo, empezamos a mirar con afecto y compasión hacia nosotros mismos.
Y cuando estamos llenos de uno mismo, entonces miramos alrededor y nos damos cuenta que somos necesarios para los demás. Cada uno de nosotros tiene una medicina especial, una forma única de sanar la vida y el planeta.
Pero primero hemos de sanarnos totalmente.
Y algo más
Bueno, si has llegado hasta aquí, gracias por haberme leído un ratito. Espero que mis ideas y mi forma de ver las cosas te hayan ayudado de alguna manera y si no ha sido así, no pasa nada.
Hablar y compartir historias es algo natural entre las personas y nos ayuda a pasar el rato.
Y si este artículo despierta en tí las ganas de compartir algo, puedes hacerlo y te lo agradeceré en los comentarios.
Me gustaría que no te fueras con tus cosas si tener un cosita más.
El camino que uso yo para darle sentido a mi vida y no volverme un viejo amargado o nostálgico con los años, es la práctica regular de la meditación vipassana y la práctica de la meditación de la conciencia amorosa.
Aquí te dejo un enlace a una meditación de la conciencia amorosa, por si quieres escucharla y practicarla.
Hasta pronto
Juan Diego Sánchez-Cortijos
Todos deberiamos estar de acuerdo con este texto; es la realidad que vivimos
M’ageada molt la explicació que has donat sobre el rema que’ns treu tota la llibertat física